Los Derechos Humanos (DDHH) son atributos inherentes a la dignidad humana y son superiores al poder del Estado. La dignidad humana es su origen, la esencia y fin de todos los derechos humanos u otros necesarios para que las personas desarrollen integralmente su personalidad; en ellos se reconoce una calidad única y excepcional a todo ser humano que debe ser respetada y protegida integralmente, sin excepción alguna. Ningún derecho humano es absoluto; todos admiten restricciones que no pueden ser arbitrarias.